viernes, 12 de agosto de 2011

Gracias a Dios

Mi abuela es de las típicas abuelas rezongonas. Está siempre pendiente de sus quehaceres y cualquier interrupción de su rutina es para ella “sacrilegio”. Además,  es una muy buena capataz, dirige a todo el mundo a su gusto y antojo y sus métodos son incuestionablemente eficaces con las personas que yo defino como C.O.P. (carentes de opinión propia), es de esas típicas que en lugar de decirte cuánto te quiere te manda a la peluquería por parecer un anómico, concluyendo: mi perfecta antagonista.  cuando nos sentamos a hablar no hay quien nos detenga, ella con sus ideologías “blancas” (Blanco es el nombre que se le da al Partido Nacional -un partido político de derecha-) y cristianas (en fin: todo una facha)  mientras que yo con las mías comunistas y agnósticas.

Podemos hablar casi de cualquier tema, y pese a que  sepamos poco o nada del tema que tratamos, a la vista de un tercero somos unos doctores. A mi particularmente me fascina discutir, lo hago siempre y por deporte, pero cuando discuto con mi abuela suelo enojarme un poco puesto que si sus argumentos merman recurre a Dios. Dios parece ser la respuesta todos los problemas: si se rompe el auto “con la ayuda de Dios lo iremos arreglando” y si nos va bien en algo fue “gracias a Dios”. Como verán, mi abuela es una férrea defensora de sus posturas cristianas apostólicas romanas -lo cual no está mal- pero lo peor de todo es que rara vez ha leído la Biblia a la cuál solo recurre cuando va a misa. “Dios es bueno” me dice sin entender que su Dios judeo-cristiano es un ente perverso. En una ocasión ofrecí mostrarle pruebas bíblicas de mis argumentos, ella accedió y procedí a leerle Deuteronomio, ¡no creía que lo que estaba leyendo de su propia biblia era real! ahora era ella la incrédula…
-a ver, dejame leer- me pide con cara de pocos amigos…
-tomá, lee a ver lo que dice
-ésto no puede ser verdad, le voy a preguntar al padre
-ok, preguntale, a ver qué es lo que te dice
y en esa quedamos, ella va a ir a preguntarle al plenipotenciario de Dios en la tierra qué es lo que dice la palabra de Dios mientras que yo me tenía que “arrepentir por blasfemar” según me aclaró mi abuela. Pero esa charla, aunque cerrada ya, no terminó aún para mi, por un buen tiempo me dejó pensando cómo es posible que aún hoy en día, Dios sea la respuesta, la Solución, la Causa y la Consecuencia. me cuesta entender cómo es posible que siga existiendo el catecismo donde se enseñe lo que es “natural” o lo “normal” mientras que le dicen a los niños que María se abrió de piernas y una paloma la embarazó -y pese a idolatrar a ésta primer práctica zoofilica documentada, después juzgan a las personas en función de con quienes tengan sexo-, y ni hablar de los pedrastras católicos que obligados a inhibir sus deseos sexuales recurren a violar a niños, y mejor no hagamos mención a la caudalosa cantidad de riqueza de Ciudad del Vaticano mientras al día mueren 24.000 personas de hambre en todo el mundo.
Siguiendo, algunos meses atrás, un amigo fanático religioso, al enterarse que yo tendría que rendir un examen me dijo:
-vas a tener que rezar, quizá así Dios te ayude
-si? -le pregunté- y si en lugar de hacer eso me pongo a estudiar?
santo remedio, quedó calladito. esto nos permite reflexionar, ¿de qué se estarán privando las personas mientras pasan su vida rezando, orando, cantando, etc. a un Dios de dudosa existencia? ¿cómo sería un mundo sin un Dios? ¿habría tantas guerras, miserias, muertes, etc.?
Quién sabe…

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