miércoles, 21 de diciembre de 2011

Cuando no hay química... (desde una perspectiva narcisista)

Razones de sobra tengo para estar feliz, y de hecho lo estoy: al principio de año me propuse unas pequeñas metas que, exceptuando una, cumplí cabalmente.
 La más reciente e importante de todas ellas fue el haber conseguido pareja pero un problemita nos (o "me") ha complicado la vida: ¡no hay química! Es raro para mi, lo sé; difícil de explicar si partimos de la base de que él es lindo, simpático y cariñoso, pero la verdad es que ahí, en el momento que debería ser un poco más "hot" no hay nada. Lo que más me preocupa es que él si tiene el deseo de que haya "algo" y me lo ha expresado concretamente pero soy yo el que no experimento ninguna sensación más allá que la del cariño, es decir: con él no. ¿Por qué? me pregunto sin hallar respuesta. Él por otro lado dijo que respetará mis tiempos pero según cómo la veo no es tiempo lo que necesito sino que otra cosa. Insisto: es raro, pero rara fue la forma en la que nos conocimos (en una plaza), rara fue nuestra primera cita (ya les contaré) y rara también fueron las siguientes en las que por mi lado he notado que independientemente de todas sus virtudes él no es mi tipo y en las que él por su lado se ha venido "encariñado" conmigo. Fue bastante prematura mi ilusión con él pero ¿saben qué? no me arrepiento de haberle conocido... aún seguimos como si nada (y es que aún no le he comentado lo que pienso, paciencia que ya lo haré) y me divierte mucho estar junto a él: discutimos, hacemos "travesuras", charlamos... culpa de él no he escrito lo que debería en el blog en cierta parte (perdón =/ jeje) en fin, es una gran persona y nuestro único gran problema es que sexualmente no es mi tipo.
Uno nuca sabe hasta que le pasa comenta siempre un familiar mío y la verdad tiene razón: ¿cómo saber cuál es mi "tipo" si nunca he conocido a algún "tipo"? Y que bonito es ir descubriendo uno lo que le gusta y lo que no en un marco de respeto y cariño. Me entristece -no tanto como debería- que los sentimientos de él y los míos no sean exactamente los mismos pero ¿qué puedo yo hacer? por ahora disfrutar de la vida antes que "las fiestas" la arruinen lentamente... y disfrutar de la compañía de "él" que muy bien me hace pese a no ser lo que yo busco. Y así, desde una perspectiva a todas luces narcisista (en un blog que casi por definición es narcisista) termino mi comentario jeje, ya les comentaré las locuras que me han pasado por estos días que no son pocas por cierto... saludos! =D

martes, 6 de diciembre de 2011

Mi primer recuerdo

En realidad no es mi primer recuerdo, pero es yo creo el mejor de mi más temprana infancia.

Cuando iba al jardín, teniendo creo que cuatro años, tuve la experiencia más elemental de la vida que hasta hoy recuerdo. Muchos creerán que es una tontería, y es que para quien no lo vivió no tiene ninguna importancia ni mucho menos trascendencia, pero hubo un día en mi vida en el que algo cambió en mi.
Reitero que parecerá insignificante y hasta ridículo pero para mi fue y es muy importante, así que procederé a comentarlo...
En el jardín, acostumbrábamos a hacer lo que queríamos: jugábamos, jugábamos y juntábamos los juguetes (ah, y algunas veces pintábamos o hacíamos actividades lúdicas). En el recreo de tan agotadora jornada, hacíamos lo mismo: jugábamos al fútbol, en las amacas, a la escondida, en fin, todo dado para que a la tarde (siempre en el jardín) durmiéramos la siesta antes de merendar y esperar a que nuestros padres nos vallan a buscar.
En el jardín sin embargo, había determinadas reglas que no estaban escritas: no te podías sacar los mocos públicamente, no podías jugar con las niñas siendo hombre ni a la inversa; tampoco podías ser considerado un hombre si no iniciabas o participabas en una pelea y lo más importante: si llevabas un atuendo deportivo (desde el uniforme completo hasta alguno de sus componentes) debías si o si, jugar al fútbol.
Y yo era una persona que acostumbraba a acatar estas reglas, y en este sentido, sin ser un gran apasionado del fútbol lo jugaba cada vez que llevaba el uniforme del cuadro de mis amores.
Fue justamente uno de esos días que llevaba mi uniforme y consecuentemente jugaba al fútbol que reflexioné... "no tengo ganas de jugar al fútbol" me dije parado en el medio de la cancha. Y sin embargo entendía que el hecho de llevar el uniforme me obligaba (insisto en que tendría yo cuatro años) a jugar al fútbol. Pero fue en ese momento que me rebelé y salí de la cancha... hubo una determinada oposición de mis compañeros pero yo me quedé contento.
En ese momento ese acto significo para mi poco más que un descanso del deporte que nunca me agradó para practicarlo. Quizá hasta significó el poder decir "no" sin miedo. Lo cierto es que al día de hoy aún lo recuerdo porque para mi fue todo un hito, más simbólico que otra cosa pero por primera vez me rebelé contra lo impuesto. Descubrí que el hábito no hace al monje y que el usar una determinada prenda no necesariamente te obliga a actuar como se prevé. Y como estas, muchísimas cosas más. Insisto en la insignificancia para ustedes de esto pero... tenía que decirlo! =D saludos

lunes, 5 de diciembre de 2011

Cuando tocan a mi familia...

Soy pacífico, es verdad. Pero no soy pacifista...

Hoy quisieron agredir físicamente a mi hermano, afortunadamente evitó que le pegaran pero el hecho me dejó con una rara sensación de venganza. Me desconozco, pero tengo sed de sangre! jaja. 
No importa cómo ni por qué, pero casi le pegan a mi hermano. Generalmente me importa un comino su vida, es más: muchas veces me dedico a hacérsela difícil, pero cuando una persona osa de siquiera tocarlo (a él o a cualquier familiar) se despierta en mi una inaudita reacción: me enojo, y mucho.
Es normal supongo, y creo que a casi todas las personas le pasa lo mismo, pero me transformo totalmente y no es algo que me agrade demasiado, sobre todo en el momento en el que estoy en ese estado.
Y es que hay que entender que si alguien me define, en lo físico es lo último que se va a fijar: hará referencia con toda seguridad a mis locas ideas, a mi apacible caracter, destacará mis valores y por último dirá que físicamente apenas clasifico en peso liviano. Así es, soy algo flaco (en realidad, en palabras de mi doctora de cabecera peso exactamente lo que tengo que pesar) pero para no irme de tema concluiré en que me sería muy difícil enfrentarme a alguien de 23 o 24 años con mis físico, pero saben qué? lo hice! 
jeje, así es, cuando me enojo no mido consecuencias y si tocan a mi familia me enojo. 
Uno nunca plantea llegar a la violencia física y afortunadamente pude evitarla, pero me enfrenté a una persona mucho mayor que yo sin ningún temor y es más: fácilmente pude haber llegado a las manos con él. Yo soy pacífico, es verdad, pero no soy pacifista. Prefiero la paz pero reconozco a la violencia como un mecanismo válido (en última instancia) para la resolución de conflictos. Y casi la aplico (o me la aplican si considero en frío el evento) jeje, pero bue, lo hecho hecho está.

Por otro lado, independientemente de todo esto, mi sentimiento de enojo develó un sentimiento que creía haber perdido: el amor por mi hermano (me cuesta escribirlo jeje) y es que sí lo quiero! al igual que a toda mi familia, y  aunque me encanta discutir, bromear, etc. también disfruto cuando vivimos en simbiosis y fraternidad. 

Yo por lo pronto reflexionaré seriamente acerca de la posibilidad de ir al gym. y empezar a hacer boxeo (jajaja, mentira!!) En fin, necesitaba decir esto, por lo menos me quita la rabia; prefiero escribir por aquí a salir con un arma a volar cabezas jeje, saludos =D y espero sus comentarios!

domingo, 4 de diciembre de 2011

Ahora sí!

Ahora que ya además de terminar mis estudios terminé en parte mis vacaciones (por lo menos lo que respecta a playa y relax) puedo por fin sentarme a escribir un poco.
Estas últimas semanas debo aclarar han sido muy intensas: visité la ciudad de uno de mis seguidores y casi me reúno con él (asuntos que escaparon a nuestra voluntad lo impidieron), además conocí a quien hoy puedo denominar casi con certeza mi primer pareja (ya me explayaré al respecto). Y por último tuve un notable reconocimiento en mi actividad política siendo ahora considerado no solo "militante" sino que también "dirigente".

Pero vamos a explicarnos paso a paso...
El principio del fin de mi actividad lo había marcado la culminación de clases (con mi pasaje al último año de secundaria!!) y que ya les había comentado en el último post. Unos días después seguiría mi proceso de culminación con algunas actividades que quiera o no me encanta realizar, esta vez tocó casualmente en la ciudad donde habita quién considero un amigo y es también un seguidor. Reitero que asuntos que escapan a nuestra voluntad nos impidieron reunirnos pero esa era la intención. Horas después de despedirme de tan linda ciudad y descansando en una ciudad no tan lejana sentado en una plaza, conocí a alguien y esta historia merece un apartado especial...

Estaba sentado, tranquilo. La gente pasaba. Era de noche y el tiempo estaba cálido. Pasó frente a mi un hombre, no alcanzaba a los treinta años de edad, era lindo. Se sentó no muy lejos de donde yo estaba. Quizá notó que lo miré, quizá él me miró sin saber que yo lo miré, pero sea como sea nos miramos. Y nos volvimos a mirar. La situación casi incómoda terminó cuando yo me paré, pasé frente a él y muy sutilmente lo invité a acompañarme. Yo nunca pensé que lo fuera a hacer, era más bien un juego, pero dejó de serlo cuando efectivamente me siguió. Me puse nervioso, mi corazón latía fuere, caminó a mi lado unos metros sin que ambos soltáramos palabra alguna. Finalmente me habló, no recuerdo que fue lo que me dijo, reitero que estaba nervioso, pero mientras caminábamos conversamos de temas tan banales cuya intrascendencia en complicidad con mis nervios me imposibilitan recordar esas palabras. Lo que sí recuerdo es que me invitó a tomar un refresco, no tenía sed, pero... ¿cómo negarme a tamaña invitación? acepté por supuesto. Nos sentamos a hablar otro rato, nos conocimos y nos gustamos. Responsabilidades de uno y otro fueron las causantes de finalizar la charla, nos despedimos con la promesa de vernos nuevamente. Cuando llego a mi casa veo un mensaje, confirmaba y hacía recíproco mis sentimientos: "me caíste bien" decía.

Por supuesto seguimos mensajéandonos coordinando el próximo encuentro =D.

Más adelante, hace no muchas horas de esto (cosa lógica si consideramos que todo fue en esta última semana), me llegó un mail de una entidad que yo integro invitándome a una activad para dirigentes a la cual yo -como tal- esta invitado. Podrá parecer insignificante para muchos, pero es la primera vez que se me considera dirigente, siempre he sido un militante y el reconocimiento que se me otorga al considerarme dirigente (que no es meramente un trato de etiqueta, en él recaen también determinadas responsabilidades y como no podría ser de otra manera privilegios jiji). Todo lo anterior, sumado a proyectos de mis seguidores -palabra que me gustaría eliminar de mi repertorio, no sé por qué pero me causa pavor!! jeje- de los cuales ya les hablaré me hacen estar feliz. Y creo que es buen momento para decirles una cosa:
Nunca dejen de soñar!