miércoles, 18 de julio de 2012

Cuando una puerta se cierra...

Ok, lo admito: hace mese no actualizo el blog. ¿Que si tuve razones?, eh... no. No las tuve. Por lo menos no razones de fuerza que me impidieran decir por lo menos "estoy vivo", aunque sí es verdad que he estado un tanto ocupado con mis responsabilidades laborales (si, dije laborales porque desde hace un tiempo he ingresado al mercado laboral!!), mis estudios, y mis... eh, este... ¡mis amores!, si, si! mis amores dije.

Durante este relativo breve lapso en mi vida desde mi última entrada donde expresaba que no hay química con mi pareja, he ido experimentando un paulatino cambio en mi vida. 

Empecemos por lo primero: A mi pareja lo dejé. No había química ni necesidad de dilatar más una pareja que no iba a perdurar mucho más en el tiempo. Un mensaje de texto, una llamada y un almuerzo bastaron para aclarar las cosas y en buenos términos seguir cada uno por nuestro lado. 
Disfruté mucho el corto tiempo que estuvimos juntos, las travesuras que incluyeron idas a casinos (con cuantiosas ganancias), boicots a actos homofóbico-católicos en alguna plaza pública besándonos frente a un centenar de personas con dogmas muy aprehendidos, o bromas a vendedoras de ropa cuando nos hacíamos pasar por travestis de closet que buscan ropa. Así podría seguir, y ni siquiera habría necesidad de explayarme en las largas charlas de nuestras vidas, anécdotas, etc. Pero concluiré con un "lo disfruté". 

Una semana después de esto, ya por el mes de febrero, recibí un "toque" en mi Fb. Raro, fue raro pues a ese chico apenas de vista lo conocía, y es de una ciudad cercana a Montevideo (donde vivo) pero a unos cuantos minutos en auto. 
Respondiendo al toque por mensaje privado iniciamos una interesante conversación. Ya desde que vi el "toque" me imaginé (quizá ayudado por sus fotos de nene lindo, o mi picante imaginación) hasta dónde llegaría esta incipiente "amistad" y estas premoniciones empezaron a confirmarse cuando me espetó (sin yo haber sugerido evidencia alguna de mi sexualidad) que es bisexual, que nadie lo sabe y que... ¡le parezco lindo! A esta altura no sabía si se trataba todo esto de una broma que pretendía "sacarme del armario", o se trataba de una franca confesión de una persona realmente interesada en mi. 
Frente a esto, y teniendo claramente definida estas posibilidades y sus posibles consecuencias no respondí que efectivamente yo soy "homosexual" y quizá lo principal: que él también me parece lindo; sino que con una sugerencia muy sutil, pero no reveladora lo invité a conocernos personalmente. Él captó, aceptó y me invitó tomar algo. 
No lo dudé, ese mismo fin de semana fui hasta su ciudad, nos vimos en el punto en que quedamos y fuimos caminando hasta la playa. El resto de la historia merece una publicación aparte... 

Ahora sí, me pondré paulatinamente al día en las publicaciones, me emociona ver que el Blog ha seguido recibiendo visitantes. un abrazo, Federico Q. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario