Madres y la incontinencia verbal

A más de uno se nos ha pasado en algún momento de nuestras vidas por la cabeza la célebre frase del rey de España don Juan Carlos I "por qué no te callas" cuando escuchamos a nuestra madre, hablar con sus amigas -o cualquier persona- sobre justamente, nosotros. Una mirada de pocos amigos, un golpesito imperceptible para la tercera persona incluso una tosesita deliberada no son suficientes para detener a nuestras madres de tanto destrozo a nuestras vidas. O peor, sirven de estímulo en algunos casos llegando al límite (si es que lo tienen) de decirte "no me pellizques" o "no me mires así, sabes que estoy diciendo la verdad". Es imposible detener a una madre cuando está hablando, al menos sin salir herido...
Pero para empeorar las cosas, muchas veces, no son sus amigas a quienes les habla, son ¡nuestros propios amigos y amigas!, y uff, es en esos momentos cuando experimentamos una sensación de parricidio inexplicable... Y es que por mucho que la quiera a mi madre, hay cosas que no se cuentan, a nadie le interesa saber por qué tiene esa cara el "niño" de la misma manera que tendré mis razones para no saludar a alguien para que mi madre me invite a todas voces a saludarle. Otro de los problemas GRAVES con la incontinencia verbal de las madres -o de la mía en particular- es cuando nos disponemos a contarle algo en secreto, y ratifican la pregunta a los gritos (ejemplo: en secreto le pregunto a mi madre "¿quién es aquél que me saludó?" respuesta de mi madre a los gritos "¿¡qué quién es aquél!?") y podría seguir ejemplificando por horas lo que es la incontinencia verbal de los padres, pero de qué serviría? de nada! sólo le daría a mi madre una razón más para decirle a su madre que me paso horas frente a la pc... jaja, bueno, me despido que hoy estoy muuy atareado. saludos!